Anotaciones

"Las fotografías de los periódicos, las mismas dos, una y otra vez; se veía como la abuelita que era, una abuelita amable -anciana, redonda, acabada. Una sonrisa tímida... no pierdan el tiempo fotografiándome." (La mujer que se estrellaba contra las puertas, Roddy Doyle)

"Todo, absolutamente todo, te convertía en una cosa o la otra. A veces resultaba agotador. Recuerdo haber pasado años exhausta, furiosa. Daba gusto saber que los chicos te deseaban pero tú no podías desearlos de vuelta. Si le sonreías a más de uno eras una ramera; si no sonreías eras una cabrona estrecha. Si le sonreías al chico equivocado, volvías a ser una ramera y te exponías a que su novia te diera una golpiza, y entonces ella sería una ramera por jalarte del pelo y tú otra por permitirlo. Los chicos podían pedirte que salieras con ellos pero tú a ellos ni de riesgo. Tenías que convencer a alguna amiga que le dejara saber al chico que te gustaba que tu dirías que sí si te lo preguntaba. También eso podía convertirte en una ramera, si escogías a la chica equivocada para que te hiciera el favor. Y luego había que lidiar con los períodos y mantenerlos en secreto y no mencionarlos nunca y asegurarte de que nadie se enterara y revisarte muy bien, hasta estar segura de que no despe...

Qué bien que está lo de Roddy Doyle, así se escribe si uno quiere narrar, entiendo por qué lo recomendó Stephen King, es sólido, increíblemente fluido, creíble, no usa palabras difíciles, no ambiciona más que contar. Hay que recordar sis consejos sobre la gramática bien escrita pero sencilla. Al mismo tiempo qué estructura linda y compleja, salta de un tiempo al otro sorpresivamente pero sin ninguna artificialidad y al mismo tiempo vamos avanzando en la historia perfectamente. Una buena crítica además al machismo y a lo que significa la mirada del hombre hacia la mujer, de a ratos de una claridad demencial. Toda la descripción y el relato de la escuela secundaria es terrible, de una violencia sorda, que no estalla pero también insoportable, la descripción de un pequeño infierno en la Tierra, sin esperanza, sin amor, pura agresión constante. Tensión permanente sin esperanza de alivio. 9 Kings.

"Waters con su dedo travieso y Dillon con su moco travieso me hicieron sentir sucia; yo tenía algo que los atraía, que hacía que me tocaran. Eran mis tetas, para las cuales era demasiado joven; no tenía derecho a ellas. Era mi pelo. Eran mis piernas y mis brazos y mi nuca. Había cosas en mí que eran malas y sucias. Era lo que pensaba; lo que sentía. No se lo dije a nadie; no habría sabido cómo, ni habría querido hacerlo. Yo era una sucia ramera de algún modo que no entendía y que no podía controlar; obligaba a los chicos y a los hombres a hacerme cosas. Solía olerme para ver si era eso, algún olor particular que me pudiera quitar con un buen baño y entonces me dejarían en paz y todo volvería a ser normal. No había ningún olor y nunca nada volvía ser normal. -Vete a la mierda. -Vete a la mierda. -Vete a la mierda. Un dia tras otro. -Quítame esas cochinas manos de encima. -Por qué no haces tu puta tarea tú mismo. -Devuélveme eso, cabrona." (La mujer que se estrellaba co...