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El Golem II

"Presentí que en alguna parte, en el reino de las causas, había dos platillos de balanza cargados cada uno de ellos con el peso de la mitad del mundo - y que en cualquiera que echara una mota de polvo, se caería al suelo." (El Golem, Gustav Meynrick)

El Golem I

"Una vez estuve mirando en una plaza, en la que no había nadie y sin que notara el viento, puesto que me hallaba cubierto tras una casa, cómo unos enormes trozos de papel corrían girando como locos y se perseguían unos a otros como si se hubieran jurado la muerte. Un momento más tarde parecían haberse calmado, pero de repente les sobrevino un brusco enfado y, con una rabia sin sentido, se movieron a toda velocidad de un lado para el otro, se apretujaron en una esquina y de nuevo se separaron como posesos para, finalmente, desaparecer tras una esquina. "Un grueso periódico fue el único que no pudo seguirlos. Se quedó tirado en el asfalto y se abría y cerraba lleno de odio, como si le faltara el aliento y procurara respirar. "Me sobrevino una oscura sospecha; ¿qué pasaría si, a fin de cuentas las cosas con vida fueran como trozos de papel? - ¿No es posible que haya un "viento" incomprensible e invisible que nos llevara de un lado para otro, y determinara nue...

La historia del Dr. Hulbert (El Golem)

-Historia del doctor Hulbert, jurisconsulto, y de su Regimiento. »Bien, ¿cómo empezar? Tenía el rostro lleno de verrugas y las piernas torcidas como un dachshund. Hombre joven, no conocía más que el estudio. Un estudio tedioso, que afectaba sus nervios. Se ganaba la vida penosamente dando lecciones y debía afrontar además las necesidades de su madre enferma. Estoy seguro que sólo conocía a través de los libros el aspecto de las praderas verdes, los senderos, las colinas llenas de flores y los bosques. En cuanto al sol que puede filtrarse en las pequeñas y negras calles de Praga, sabéis que no es mucho. »Aprobó su doctorado de manera brillante, demás está decir, y con el tiempo, se convirtió en célebre jurisconsulto. Tan célebre, que una multitud de gente, jueces y viejos abogados, venían al consultado cuando se encontraban inseguros en alguna cuestión de derecho. Sin embargo, vivía como un mendigo en un cuarto sin luz cuya ventana daba al patio trasero de la iglesia de Tyn, donde e...