El villorrio X

"Atravesó la galería; ellos le abrieron paso. Luego bajaron los escalones y se aproximaron al carro, a cuya zaga los caballos se amontonaban en impaciente grupo, más grandes que conejos y llamativos como papagayos, unidos entre sí y con el carro mismo con trozos de alambre de púa. Cubiertos de percal, de cuerpos pequeños, patas delicadas y rosadas cabezas en las cuales sus ojos desorbitados giraban salvajes y suaves al mismo tiempo, se arremolinaban, llamativos, inmóviles y atentos, espantadizos como ciervos, mortíferos como crótalos, apacibles como palomas." (El villorrio, Willia Faulkner)

Comments

Popular posts from this blog

Argumento de el diablo en la botella