Nuevas divagaciones de un haragán II

"Lo mismo que la mayor parte de la gente que conoce las leyes, les tenía muy poco respeto. Yo le oí decir a un presunto litigante:

-Señor mío, si un bandido me detuviera en la calle y me pidiera mi reloj y mi cadena, me negaría a dárselos, Si entonces me dijera que me los arrebataría a viva fuerza, a pesar de ser viejo, estoy seguro de que le diría "vamos a verlo", Pero, en cambio, si me dijera: "Bueno, entonces voy a entablar pleito contra usted en el Tribunal del Banco de la Reina para obligarle a usted a dármelos", los sacaría en seguida del bolsillo, se los pondría en la mano, y le rogaría que no hablara más del asunto. Y consideraría que me salía barata la cosa." (Nuevas divagaciones de un haragán, Jerome K. Jerome)

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