La náusea VII

"Puede suceder en cualquier momento, quizás en seguida; estos son los presagios. Por ejemplo, un padre de familia de paseo verá acercársele, por la calle, un guiñapo rojo como empujado por el viento. Y cuando el guiñapo esté muy cerca, verá que es un trozo de carne podrida, manchada de polvo, que se arrastra reptando, brincando, un pedazo de carne torturada que rueda por las alcantarillas proyectando espasmódicos chorros de sangre. O una madre mirará la mejilla de su hijo y preguntrá: "¿Qué tienes ahí? ¿Un grano? Y verá que a carne se hincha, se resquebraja un poco, se abre, y en el fondo de la grieta aprecerá un tercer ojo, un ojo risueño. O sentirán suaves roces en todo el cuerpo, como las caricias que los juncos hacen a los nadadores de la ribera. Y sabrán que sus ropas se han convertidos en cosas vivas. Y otro encontrará que algo le raspa en la boca. Y se acercará a un espejo, abrirá la boca; y su lengua se habrá convertido en un enorme ciempiés vivo, que agitará las patas y le añaará el paladar. Querrá escupirlo, pero el ciempiés será una parte de sí mismo y tendrá que arrancárseo con las manos. Y aparecerán multitud de cosas para las cuales habrá que buscar nombres nuevos: el ojo de piedra, el gran brazo tricornio el pulgar-muleta, la araña-muleta." (La náusea, Jean-Paul Sartre)

Comments

Popular posts from this blog

Argumento de el diablo en la botella