Los tres impostores V

"No soy capaz de escribir las cosas que fui testigo esa noche; me resulta intolerable acordarme de lo ocurrido en esas habitaciones secretas, en que las gruesas persianas y cortinas no dejaban escapar ni un rato de luz a la calle silenciosa; me dieron vino tinto y, mientras lo probaba, una mujer me dijo que era el vino del jarro rojo que hiciera Avellanus. Otra me preguntó si me gustaba el vino de los faunos, y escuché una docena de nombres fantásticos, mientras el licor me ardia en las venas y, creo yo, despertaba en mí algo que dormía desde el día en que nací." (Los tres impostores, Arthur Machen)