Flora, no es un canto a la vida

Otra linda película, documental hecho con dos mangos, el protagonista, director de cine, graba los últimos días de su abuela. Mucha cosa del judío de clase media de Villa Crespo, mucha confitería menemista, departamentos pequeños con ojetos rancios y llenos de una leve capa de polvo grasoso. Tomas raras, como la conversación del protagonista con su madre dándole la espalda, frente a su coomputadora, él intentando comunicrse con un centro médico israelí hablando en un horrible inglés, todo entre deprimente y muy real y táctil.

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