En el corazón del mar (sobre el liderazgo)

"Chase había cambiado desde el comienzo de la dura prueba. En vez del severo partidario de la disciplina que había repartido las raciones con la pistola a su lado, ahora hablaba a los hombres con una voz que Nickerson calificó de casi alegre. Al alcanzar nuevas cotas sus tormentos, Chase reconoció que lo que sus hombres necesitaban no era disciplina, sino esperanza.

"La capacidad de Chase para adaptar su forma de ejercer el liderazgo a las necesidades de sus hombres puede compararse con la de uno de los lideres más grandes y venerados de todos los tiempos, sir Ernest Shackleton (...)

"La sensibilidad de Shackleton a las necesidades de sus hombres era legendaria. 'Tanto cuidaba de su gente -escribió su colaborador Frank Worsley- que, a ojos de hombres rudos, a veces parecía tener un toque de mujer, incluso rayando en lo melindroso.' Pero Shackleton también era capaz de insistir en una disciplina como la de Bligh. En una expedición anterior, cuando uno de los hombres opinó que se estaban vulnerando sus libertades, Shackleton acabó con la insurrección derribando al hombre de un puñetazo. Esta combinación de actos decisivos y autoritarios con la capacidad de comprender a los demás raramente se encuentra en un solo líder." (En el corazón del mar, Nathaniel Philbrick)

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