"El señor Visconte era un hombre muy lascivo. "¿Siempre hacías las mismas cosas, hija mía?", preguntó.<br> La muchacha lo miró estupefacta. "Claro que no, padre, ¿Quién se cree que soy?"<br> Al verla arrodillada frente a él, estoy segura de que el señor Visconti sintió tentaciones de pellizcarla. Le encantaba pellizcar a las chicas.<br> "¿No hacías nada antinatural, hija mía?"<br> "¿Qué es algo antinatural, padre?"<br> El señor Visconti se lo explicó. <br> "Pero eso no es antinatural, padre." <br> Entonces empezaron una discusión sobre lo que era natural y lo que no era natural. El señor Visconti casi olvidó el peligro que corría, en medio de su entusiasmo, hasta que alguien llamó a la puerta." (Viajes con mi tía, Graham Greene)